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martes, 26 de marzo de 2013

Alcanzando el favor de Dios. Lucas 18.


Estamos viviendo en una época de exagerada rapidez. Todo lo queremos hacer de manera instantánea.
En el mercado encontramos, café, chocolate y la mayoría de los alimentos de preparación instantánea.
Cada vez encontramos más jóvenes que tienen la oportunidad de estudiar pero no lo hacen, se dedican al ocio a la pereza, mientras esperan el momento de graduarse de manera instantánea, hacer lo de seis años en unos cuantos meses.

En el mundo podemos encontrar o conseguir muchas cosas de manera instantánea, pero en lo espiritual no es posible, ni tampoco debería serlo en nuestra parte humana.
Para Dios es importante el crecimiento, pero también este crecimiento debe ir acompañado de un buen desarrollo. Hoy en día hay muchas iglesias que han crecido en número de manera extraordinaria, el problema es que muchas de ellas han logrado muy poco desarrollo en lo espiritual.
También encontramos muchas personas que en su cuerpo han crecido, y hasta exigen derechos dado su gran crecimiento, el problema es que su intelecto y su proceder se han quedado sin desarrollo.
Para alcanzar el favor de Dios y sobre todo tener una buena relación con Dios y los demás  necesitamos:
1. Orar siempre y no desmayar. V 1 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,” es necesario insistir, el insistir en oración o en hablar  nos acerca más a Dios y a las demás personas. No permitas que los demás te impidan insistirle a Dios. V 39 “Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
2. No cansarse de Insistir. V 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?” muchas veces el orgullo y la soberbia no nos permite insistir.
3. Ser humilde delante de Dios y de las demás personas. V 14 “Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.” El creerse más que los demás impide que insistamos.
4. Ser sensible e inocente como un niño. V 17 “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” El niño nace sin temor, sin prejuicios, es el hombre quien se los impone. El niño es un vivo ejemplo de insistencia, si tu le prometes a tu hijo que es un niño; que lo vas a llevar a un paseo dentro de un año, el todos los días va estar recordándotelo, y así hayan pasado solo dos días el te estará diciendo cuanto falta para el año.
5. Renunciar a todo prejuicio. No solo dinero, también es necesario renunciar a toda altivez, envidia, orgullo etc. V 24 “Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
6. Creer que para Dios todo es posible. V 27 “El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
7. Tener fe, estar seguro. V 42 “Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.
Dios quiere hacer maravillas en nuestra vida, pero no en nuestro momento, el lo hará en su momento, quien mejor que él para saber cuándo y que es lo que necesitamos.



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