Nadie es inmune a la duda. Nos puede ocurrir y nos ocurre a todos nosotros. Lo único que tienes que saber es como tratarla cuando llega. Incluso los más grandes hombres y mujeres de Dios que están registrados en la Biblia tuvieron que lidiar con la duda.
Juan era un hombre que estaba seguro de que Jesús era el Cristo. Juan 1: 34 “Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.”
El sabía que Jesús era más poderoso que el. Lucas 3: 16 “respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
Juan sabía que él tenía que menguar. Juan 3: 30 “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.”
Juan estaba pasando por una situación difícil, estaba en la cárcel y esto hizo que por un momento dudara sobre si Jesús era el Cristo. V 18-19 “Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, 7:19 y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?”
Jesús sabía que Juan se repondría de ese impase. Por eso para Jesús la duda de Juan no lo hacía inferior a los demás profetas por lo contrario para Jesús, Juan siempre fue mucho más que ellos. V 28 “Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.”
La duda no siempre tiene que ver con lo espiritual, muchas veces no logramos tener una vida de éxito porque tenemos dudas, y no como Juan con respecto a los demás, muchas de nuestras dudas son con respecto de nosotros mismos.
Los problemas y las situaciones difíciles que muchas veces tenemos que vivir nos hacen sentir dudas sobre nuestra capacidad, creemos que no podemos, que no es posible lo que pretendemos lograr.
Como vencer la duda.
1. Recuerda los momentos de triunfo. O recuerda las maravillas de Dios. V 22 “Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;” recordar nuestros mejores momentos nos llena de vitalidad física, emocional y espiritual. Si tú tienes dudas con respecto a tu matrimonio desecha los momentos desagradables y recuerda esos momentos especiales cuando compartían juntos.
2. Reconoce y valora lo que eres. V 26 “Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.” Piensa que tú puedes, si has logrado otras cosas más difíciles, entonces ¿Por qué no vas a poder con lo que estás haciendo?
3. Ten presente que tú no eres obra de la casualidad, tú eres el propósito de Dios. V 27 “Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.”
4. No temas a las Críticas. Recuerda que no solo a ti te critican, también lo hacían con Cristo. V 33-34 “Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
7:34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.”
7:34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.”
Una persona que vive de las dudas es alguien que no sabe para donde va, por lo tanto tampoco sabe que es lo que quiere. Santiago 1: 6 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.”
La duda no solo es enemiga de la fe. La duda hace que las personas nunca tengan una vida de éxito. Una vida de victoria se conquista solo con decisiones firmes y claras.
Sobre todo busca la forma de mejorar, las críticas te pueden servir para lograrlo. No es pecado dudar, es pecado dejarse dominar por la duda y no actuar.
CONQUISTANDO EL CORAZÓN DE JESÚS. LUCAS 7
Hay cosas en la vida sobre las cuales no tenemos control, no podemos controlar el cambio de la naturaleza, el retraso del avión, el semáforo en rojo, pero si podemos controlar nuestra reacción. Etc.
Esto lo podemos ver en un ejemplo sencillo, tú te levantas temprano para ir al trabajo, dejas en la mesa del comedor unos documentos, tu hija por descuido derrama café, tú te enojas, tu esposo te dice que paraqué dejas esos papeles en la mesa, se te hace tarde por estar discutiendo con tu esposo.
Vas a mucha velocidad en tu auto, un policía te para. Parece que tu día va cada vez peor. ¿Por qué tuviste un mal día?
· Lo causo el café
· Lo causo la niña
· Lo causo tu esposo
· Lo causo el policía
· Lo causaste tu
Ciertamente tu no tenias control sobre lo que paso con el café, fue la forma como reaccionaste lo que causo tu mal día.
Reacciona apropiadamente y no arruinaras tu vida. Una reacción equivocada puede resultar en la perdida de un amigo, en ser despedido, en un infarto y hasta en un divorcio.
En verdad que una actitud vale más que mil palabras.
Con nuestra actitud podemos conquistar el corazón de nuestros seres queridos, la biblia nos habla del caso de dos personas, una mujer pecadora y un hombre fariseo. Este hombre invita a Jesús a su casa tal vez porque Jesús era el hombre del momento, hay muchas personas que también han invitado a Jesús a su corazón solo porque ser cristiano está de moda.
En simón se observa lo que pasa en un cristiano que invita a Jesús a su corazón solo porque los demás también lo hacen.
1. El no creía en Jesús. No lo invito para alagar a Jesús, lo hizo para alagarse a sí mismo. V 39 “Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.”
2. No consideraba a Jesús honorable. V 44 “Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.”
3. No le dio la honra que Jesús merecía. V 46 “No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.”
4. No le dio la bienvenida de todo corazón. V 45 “No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.”
No hay duda que aquella mujer conquisto el corazón de Jesús por su forma de actuar. V 48 “Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.”
Nuestra actitud abre o cierra puertas, por nuestra actitud nos aman o nos odian
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