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Para Jesucristo era muy importante la oración. La oración es el único medio que tiene el hombre para comunicarse con el padre celestial por lo tanto debe partir de la disposición interna del corazón.
La oración no solo es para pedir, la oración es la puerta que nos lleva a la misma presencia de Dios. Podemos entrar hasta el trono celestial y contemplar la hermosura de Jehová si dejamos que el espíritu de Dios nos conduzca, tal como lo hacía David. Salmo 27: 4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”
La oración no debe ser un sermón más, o un largo pliego de peticiones. La oración debe ser algo íntimo y maravilloso donde se pueda experimentar del amor, de la paz de Jesús en nuestro corazón.
La oración debe ser un momento para disfrutar, para deleitarse. Los discípulos miraban como Jesús disfrutaba de la oración tanto que se interesaron por aprender e hicieron una de las peticiones más hermosas. ¡Señor, enséñanos a orar! Lucas 11: 1 “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.”
Qué hermoso también seria que un día nosotros nos olvidáramos de nuestros problemas, de nuestras necesidades y le pidiéramos lo mismo que pidieron sus discípulos ya que nosotros también somos sus discípulos. Un discípulo es aquel que aprende de otro y que quiere parecerse a quien le enseña, y ya que eso es lo que nosotros hacemos nos convierte en sus discípulos.
La oración no es una repetición mecanizada, pero si debemos tener en cuenta algunas cosas al momento de orar:
1. Reconocer que Jehová es nuestro padre. Esto involucra obediencia. V 2 a “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos,” Malaquías 1: 6 “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?”
2. Reconocer que él es santo, y que no hay otro como él. V 2 b “santificado sea tu nombre.”
3. Pedir que se establezca el reino de Dios aquí en la tierra. Esto significa que nos sometemos bajo su soberanía, es él quien dirige nuestra vida. V 2 c “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
4. Aceptar y vivir feliz con lo que Dios nos da cada día, y no como creen los ambiciosos que hay que pedir para hoy lo que nos ha prometido para cada día. V 3 “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” Mateo 6: 34 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”
El padre nuestro también es un acto de compromiso con Dios, nos comprometemos a perdonar para que el nos perdone. V 4 “Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben”
La oración debe hacerse en todo momento a tal grado que pensemos que estamos importunando a Jesús. V 8 “Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.” Esto hace referencia a la ilustración con la que les enseña. V 5- 7 “Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 11:6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 11:7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?”
Estando ya en la presencia de Dios a trabes de la oración podemos pedir estando seguros que Dios también nos dará. A través de la oración podemos golpear a la puerta donde está el trono celestial. V 9-10 “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 11:10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”
Pero la oración no solo debe limitarse a entrar a la presencia de Dios o a tocar a la puerta de Dios; también a través de la oración podemos pedir ser llenos del espíritu santo, con el espíritu santo en nosotros podremos orar como es debido y sobre todo podremos disfrutar de la intimidad con Dios. V 13 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Solo a través de la oración podemos estar en intimidad y muy cerca de nuestro amado Jesucristo. ¿Cuánto tiempo le dedicas a la oración? ¿Crees que es suficiente? Solo la oración puede fortalecer nuestro ser.
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La importancia de la Oración. Lucas 11
La oración no solo es hablar, la mayoría de los cristianos manejamos el concepto más pobre de la oración, definimos la oración simplemente como hablar, la oración es mucho más que solo hablar. La oración tiene el poder de convertir lo imposible en posible.
A través de la oración podemos declarar lo que no es como si fuera. Joel 3: 10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.”
La oración es el medio para comunicarnos con nuestro padre celestial, la oración nos mantiene vivos espiritualmente, y fortalecidos en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Para Jesús la oración siempre fue importante, el era un hombre de fama, tenía muchas ocupaciones pero siempre sacaba un tiempo para orar. Lucas 5: 15- 16 “Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
5:16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
5:16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
La buena costumbre de orar es algo que los padres debemos enseñara a nuestros hijos, Jesús les enseño como se debía hacer una oración.
1. Se debe reconocer que Jehová es nuestro padre. Lucas 11: 2 a “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”
2. Debemos aceptar la soberanía de Dios, que el gobierno que Dios tiene en el cielo sea implementado aquí en la tierra. V 2 b “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
3. Que Dios nos de lo que necesitamos para cada día. Cada día tiene su propio afán y necesidad. V 3 “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” el tener demasiado puede hacernos perder el control. Proverbios 30: 8-9 “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí;
No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; 30:9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios”
No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; 30:9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios”
4. Comprometernos a tratar a las personas como Dios nos trata a nosotros. V 4 a “Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben”
5. Pedir que podamos soportar las tentaciones que de manera diaria recibimos del mundo. V 4 b “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.”
La oración no es mágica, es un medio de comunicación con Dios, por lo tanto es algo en lo que tenemos que estar insistiendo constantemente. V 8 “Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.”
Jesús resume su enseñanza explicándoles que además de pedirle a Dios todo lo que humanamente necesitamos, también debemos pedirle algo que hará que todo, lo que recibamos del padre lo podamos disfrutar y darle un buen uso. Lo que debemos pedir es que nos de de su santo espíritu. Si tenemos el espíritu santo, lo tenemos todo. V 13 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
La oración debe ser un momento maravilloso donde tenemos un encuentro con nuestro amado Jesús.